lunes, 17 de agosto de 2009

Bailes de Salón de Fines del Siglo XIX

Desde el siglo XIX, en Chile se hicieron populares las danzas españolas, como seguidillas y fandangos, las que criollizadas, pasaron al pueblo, especialmente en los medios campesinos. Estos son los que constituyen los "bailes de tierra", nombre dado para distinguirlos de los bailes de salón, como las contradanzas y el minué.

En el Chile de esa época imperaba la influencia del viejo continente y en los salones, especialmente la francesa, en donde el vals se coronaba como el baile por esencia, acompañado por mazurcas, polcas y cueca valseada.


Surgió un estilo musical de salón que acompañó la vida familiar y social de aquel entonces. Fue un arte de amable sonoridad, mesurado, elegante y pudo sostenerse gracias a que la práctica musical estaba extendida a través de tertulias, profesores de instrumentos, ediciones de partituras, estudiantes, sociedades filarmónicas y presentaciones de ópera.La cueca se recogió a fines del siglo XIX, en tiempos en los que las distinciones entre campo y ciudad eran bastante tenues. Décadas después, hacia los años '20, la cueca fue llegando a los salones de baile de la elite económica y política, que justamente buscaba símbolos típicos para construir la identidad nacional. Son los tiempos de los grupos de huasos y de la idealización del modo de vida campesino que se levanta ante el crecimiento de las ciudades y el surgimiento de los primeros conflictos sociales.Es entonces cuando la cueca adopta modos más elegantes y sofisticados de bailar, para adecuarse a la solemnidad de los bailes de salón.


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